Una anécdota sobre el espectáculo
Y quién da más…
Con “Casi teatro hicimos una de las obras más queridas por mí, “Electra” (también era la que más le gustaba a mi madre). Mi madre siempre era mi primer sponsor: me prestaba 100 dólares para el arranque, como así también mi espectadora más devota.
Con “Electra” hicimos calle, era un equipo de 25 personas, estrenamos en el Cabildo, la llevamos a las playas, plazas, nos pusieron un ómnibus para el “Festival de Usina en Porto Alegre. Pero entre las anécdotas que son muchas hay dos extraordinarias. En Electra fue la primera y única vez que tuve la experiencia de que un sponsor me preguntara: “¿cuanto necesitás para continuar?”
Era final de abril, última función en el Cabildo de Montevideo. Al terminar se me acerca un señor muy cordial, se presenta emocionado y me dice que no se puede bajar tan maravillosa obra.
Yo le explico que tenía un alto costo fijo por ser representada en un lugar no convencional y sin infraestructura.
Me da una tarjeta y me cita el lunes a su despacho , donde me pregunta “¿Cuánto necesitas para que siga un mes más?” No lo podíamos creer!
Cuando perdí la vergüenza
En Electra tuve un blooper maravilloso
Dando directivas al “Coro Upsala” que estaba en la parte de arriba del Cabildo, yo abajo, poseída, caigo en un medio tanque (que para nosotros era simbólicamente dónde se encontraba la sangre derramada por los Atridas. Caigo ridículamente, de culo con las patas para arriba y el medio tanque me succionaba, tanto es así que el coro dejó de cantar, se paró el ensayo… entre tres actores me sacaron del medio tanque. Desde ese día cuido más mi reputación.