Los Muertos es un nuevo espectáculo de la directora teatral María Dodera. En el mismo se retoman dos consignas: la remodificación de la mitología de un clásico, y el juego escénico en un espacio no convencional. El lugar seleccionado en esta ocasión es el Bar ubicado en la esquina de Juan Paullier y Guana. El diagrama escénico para el mismo se divide en dos espacios: uno ubicado en el subsuelo, donde funciona de comedor de la casa; otro, en el cual funciona normalmente el Bar. Los actores y músicos, acompañados del público, participan y habitan los espacios como testigos y partes en la pieza teatral. Música en vivo y otros personajes que toman vida en esta versión van acompañando la propuesta en su desarrollo. En esta oportunidad sentimos que la obra de Sánchez es una pintura, una fotografía a un determinado extracto social en un tiempo específico.

Un lugar de paso. Un lugar desconocido. Neutral. Un territorio de negociaciones en medio de la guerra. Suiza. Estar en un hotel es como estar en Suiza. Tierra de nadie. O de todo el mundo, que es lo mismo. Un lugar ajeno a vos y ajeno a mí. Un lugar que abre en la noche. Hecho para decir la verdad. Y que nadie más la sepa. El sitio de los pactos secretos. En el nuevo milenio. Un confesionario hecho a la medida de los tiempos. Con putas en lugar de curas. Un rincón húmedo y oscuro preparado para nuestra resurrección”.

Reflexiones sobre el cuerpo de Martín Inthamoussú Junto a un Colectivo de Artistas

Juntos desde la voz de un espectador. El miedo de la risa, el miedo a la muerte. Juan y Pedro mueren en un accidente y juntos se encuentran en la atmósfera media, subrayados entre el cielo y el infierno.

Texto basado en la dramaturgia del actor, Autora: Marina Cultelli.

La idea del panóptico llevada a la escena, a un viejo teatro donde todo es observado. Un grupo de actores se comporta entre la frivolidad por ganar el juego y la desazón de sentirse en un campo de concentración virtual.

Es una hermosa historia de una artista de circo que busca de pueblo en pueblo a su gato llamado Pipo. Una artista que lo ha perdido todo menos su arte y siempre tiene cinco pesos en el bolsillo. Después de una hermosa función, muy emotiva en el festival del Polonio, me cuenta Susana que se hace un silencio y un clima muy especial, y un gato atraviesa la escena. Cosas maravillosas que pasan en el teatro.

Berlín es mito, lugar de encuentros y desencuentros, territorio de cruces y fronteras. Joy (Alvaro Armand Ugon), Anna (Gabriela Iribarren) y Valerie (Alejandra Cortazzo) están en tránsito. En los corredores de un extraño aeropuerto. En un espacio-tiempo donde viven una comedia soprendente, que incluye partidos de tenis, atentados fallidos y momento de karaoke. Los tres actores están acompañados en escena por el músico-dj Fede Deutsch y las canciones de Maxi Angelieri.

Para algunos súbditos del Reino ella representa el objeto más puro del deseo. Otros la ven como una muy poderosa y eficaz arma de seducción. LUNA ROJA es la historia de una extraña comunidad que vive sometida a los caprichos de una Reina cínica y aburrida. LUNA ROJA es también un particular estado psíquico, un inquietante hechizo que provocará traiciones, chantajes y un misterioso asesinato. LUNA ROJA es el relato de una serie de intrigas palaciegas que culminan con revuelta tan utópica como surrealista. LUNA ROJA es, en pocas palabras, una poderosa historia de amor que transcurre en un palacio futurista.

Greonladia es Groenlandia. Piso veintiséis. El público, en cada función de Groenlandia, era invitado a un viaje. Mientras se elevaba por el ascensor, los espectadores dejaban atrás Montevideo para ascender a nuestra Groenlandia. Al hielo. Al tubo. A conocer a Melina y a Luca. También a Paul, el padre fantasma. Los esperaba un halo de música electrónica, levemente operística. Y las luces de la ciudad, más allá de todo.