Una forma de volar
Es un proyecto de laboratorio teatral escrito e interpretado por Iván Solarich y dirigido por María Dodera Donde las consignas suponen trabajar sobre la no representación, la convivencia de audiencia y escena en una historia situada en la frontera realidad/ficción. Teatro documental. Con un encuadre teórico de Tadeusz Kantor: “El teatro de la Muerte”. El vuelo implica el viaje a los confines del interior del ser del protagonista, pasando por interpelaciones esenciales: la propia función del teatro, la interpretación, la vocación y el espectáculo; así como otros de otro tamiz: los hechos políticos y sociales de nuestro país. La mirada. Se profundiza en la mirada y las diferentes miradas del protagonista en la relatividad del vuelo. En la relatividad del tiempo. En la vida misma.
¿Por qué hacer El vuelo hoy?
Vas más allá de la para teatralidad. Más allá del post dramatismo. Es un área fascinante de experimentar en forma y contenido de lo teatral y de la relación dialéctica entre ambas áreas.
En un mundo donde “el mismo” es el escenario, en un “hoy” en el que todo es actuación y espectacularidad, nos preguntamos: ¿qué sucede si en el lugar sagrado del teatro se llega a niveles cero de actuación y se cruza la frontera del mundo íntimo al mundo privado del ser teatral?. Me puedo responder: es una contradicción; porque estamos dentro de la convención de lo teatral.
Y nos preguntamos entonces ¿cuál es el límite de la contradicción en el hombre?